Cristina Kirchner recibió en Casa de Gobierno al presidente de facto de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasango. El encuentro perdió cordialidad a medida que la mandataria objetó la política de derechos humanos de Mbasango.
“Ustedes cuentan con inmensos recursos hidrocarburíferos en un mundo donde la energía, el petróleo y el gas son indispensables. Pero no puedo dejar de expresarle, señor presidente, nuestra honda preocupación por la situación de los derechos humanos en su país”, le espetó la presidente al dictador, acusado por Amnistía Internacional de violar sistemáticamente las libertades individuales en su país desde que asaltó el poder en 1979.
Fuera de agenda, sorprendió al visitante con una propuesta que lo descolocó: «El convenio más importante es el de cooperación en materia de buen gobierno y derechos humanos. Sé que hay elecciones este año en su país. Quisiera tomarme el atrevimiento de sugerirle que considere la presencia de veedores de nuestro país».
Mbasango llegó al país como parte de su política de acercamiento a América Latina. Gran productor de hidrocarburos, Guinea Ecuatorial es uno de los principales exportadores de África. Su visita fue gestionada por la cancillería. Al saberse los antecedentes de Mbasango en materia de derechos humanos, la ira presidencial cayó sobre el canciller Jorge Taiana. «Está muy molesta”, fue el comentario en Casa Rosada sobre la actitud de Cristina Kirchner hacia su ministro de Relaciones Exteriores.
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www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/politica/nota.asp?nota_id=987306
www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-98915-2008-02-14.html
www.clarin.com/diario/2008/02/14/elpais/p-00601.htm
