El flamante gobierno independiente de Kosovo espera tener reconocimiento internacional luego de oficializar ayer su separación de Serbia. Se espera un arduo debate en la unión europea, mientras Belgrado rechaza la independencia y cuenta con el aval de Rusia.
El gobierno norteamericano ya anunció que reconocerá la existencia del flamante país, que en un 92 por ciento está poblado por albaneses musulmanes. Estos rechazan seguir siendo parte de Serbia, una nación de mayoría cristiana ortodoxa. «Declaramos que Kosovo es un Estado independiente y soberano. Se está cambiado la historia de los Balcanes y el mapa de Europa”, afirmó el premier kosovar Jakup Krasniqi al anunciar la independencia.
El debate de la Unión Europea será arduo, porque a la posición de Serbia, que considera a Kosovo la cuna de su cultura, y que acompañará Rusia, se contrapone la idea de Francia, Alemania e Inglaterra de reconocer al nuevo estado. Empero, Rusia ya solicitó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se desconozca la independencia, alegando que no hay sustento para cambiar la resolución de 1999, que dejó la zona bajo administración de la ONU,
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