Sin que se esperen sorpresas de último momento, los rusos están votando este domingo para elegir al próximo presidente. Imposibilitado de acceder a otra reelección, el actual mandatario, Vladimir Putin, dio su apoyo a Dimitri Medvedev, que se perfila como seguro vencedor según las últimas previsiones.
Medvedev es ‘el delfín’ de Putin, y corre con la ventaja superlativa de contar con el gigantesco aparato estatal de la República Rusa de su lado. Por eso se descuenta que obtendrá una victoria en el orden de 68 y el 73 por ciento. La única incógnita pasa por los niveles de abstención, ya que, de ser grandes, restarían representatividad al nuevo mandatario.
Del otro lado – y según los analistas internacionales, “sin ninguna chance de acceder siquiera a la segunda vuelta” – se ubican el comunista Guennadi Ziuganov, el ultranacionalista Vladimir Zhirinovski y el demócrata Andrei Bogdanov. Durante la campaña hubo acusaciones varias: se denunciaron presiones, manipulaciones y se teme poca transparencia en los resultados finales.
Si se cumple con las predicciones, una vez alejado de la presidencia, Vladimir Putin no se irá del poder: pasará a ocupar el cargo de primer ministro.
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