De acuerdo al ejército colombiano se trata de «guerrilleros caídos en combate», mientras que organizaciones sociales aseguran que entre esos cuerpos sin vida se encuentran varios dirigentes de grupos de derechos humanos desaparecidos hace algunos años sin dejar ningún rasto.
El poblado de La Macarena, 200 kilómetros al sur de Bogotá, podría ser el escenario de una de las mayores fosas comunes en la historia del conflicto armado colombiano, si se confirma que hay 2000 cadáveres allí. Organizaciones de derechos humanos aseguran que allí yacen civiles sepultados el ejército de ese país.
Estas organizaciones aseguran que los cadáveres sepultados en esa zona son un caso más de los denominados «falsos positivos» o ejecuciones extrajudiciales, que consisten en el asesinato de civiles que luego son hechos pasar por subversivos.
Estos casos, denunciados como crímenes de estado tanto desde la oposición antiuribista como desde organizaciones sociales, arrojaron un gran manto de duda sobre la política de «seguridad democrática» del presidente colombiano y pusieron a ese país en la mira de los organismos internacionales de derechos humanos.
Hasta el momento sólo fueron acusados militares de bajo rango por estos hechos, que suman más de 3000 casos registrados en diferentes escenarios del conflicto armado colombiano y en las últimas semanas muchos de estos implicados fueron dejados en libertad por vencimiento de términos en la investigación.
