jueves 28 de marzo de 2024
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Derechos Humanos, país por país. ¿Y por casa cómo andamos?

La organización Human Rights Watch (HRW) presentó en Berlín su 24° Informe Mundial sobre Derechos Humanos. Un resumen de lo más relevante a nivel internacional y un relevamiento de cómo ven a la Argentina.

Temas como el conflicto en Siria, con la muerte de centenares de civiles, la represión y censura en Egipto, el caso de Edward Snowden y la violación del derecho a la privacidad por parte de los distintos Estados, entre otros, forman parte de las 667 páginas de la 24° edición de la evaluación anual que realiza la organización HRW de la situación de los derechos humanos en más de noventa países.

En lo referido a la Argentina, el informe muestra preocupación por la “aprobación de legislación que limitó gravemente la independencia judicial”, aunque registra que luego la Corte Suprema de Justicia anuló algunas de las disposiciones principales. “Existe actualmente”, explica, “un debate intenso y amplio pero progresivamente polarizado entre el gobierno y sus críticos. Sin embargo, el gobierno de Fernández ha aplicado sanciones a personas por publicar estadísticas extraoficiales de inflación que no coinciden con las oficiales, y no regulado la distribución de fondos públicos destinados a publicidad oficial. No existe una ley nacional que regule el acceso a información”.

Entre otros aspectos preocupantes de derechos humanos que aún subsisten, el informe incluye los abusos policiales, las deficitarias condiciones carcelarias, torturas y la falta de protección derechos indígenas. Pero también destaca los avances significativos en materia de derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT )y en el juzgamiento de los crímenes de la última dictadura militar, aunque llama la atención sobre “demoras en algunos de los procesos”.

El resto del mundo

“El de Siria fue, sin ninguna duda, el conflicto armado con mayor cantidad de víctimas fatales de 2013”, indica el informe. “En lugar de fijar como único objetivo a los combatientes de la facción opuesta, tal como lo exige el derecho internacional humanitario, el gobierno atacó indiscriminadamente a civiles en áreas controladas por la oposición armada”, explica sobre la naturaleza de la situación siria. Alerta también sobre la posición de la comunidad internacional al respecto: “Parece demasiado dispuesta a permitir que continúe la matanza de civiles sirios”.

Con el eje en la observación del cumplimiento de la doctrina de la “responsabilidad de proteger”, consensuada por los gobiernos a nivel mundial en 2005, Human Rights Watch, informó -como contracara de la situación de Siria- sobre avances en las realidades de los derechos humanos de la República Centroafricana, Sudán del Sur, Ruanda y la República Democrática del Congo. Este acuerdo internacional consiste en que “si un gobierno nacional no lograba poner fin a atrocidades masivas, otras naciones intervendrían en la situación”.

La organización define a la democracia como un equilibrio entre “tres componentes esenciales: elecciones periódicas, estado de derecho y el respeto de los derechos humanos de todas las personas”. Desde esta óptica, el informe alerta sobre abusos de gobiernos autoritarios que “han aprendido que es posible adoptar las formalidades de la democracia sin respetar su esencia, y permitir solamente la celebración de elecciones, a menudo de manera controlada”. El principal caso citado es el de Egipto, aunque también son mencionadas con preocupación las situaciones de Tailandia, China y Kenia, entre otras. En otro nivel de alerta, también es relevada la realidad de la oposición política en Venezuela, los derechos de las mujeres en países como Arabia Saudita o Afganistán y los de gays y lesbianas en Rusia y Uganda.

El informe también plantea la política de seguridad nacional estadounidense como una “excusa para la violación de derechos”. Si bien reconoce que el presidente Barack Obama “al asumir el cargo, prohibió las torturas y cerró los centros de detención de la CIA donde se retenía durante meses o años a personas en situación de desaparición forzada” (herencia de la gestión de George W. Bush), consigna que “se ha negado a que se juzgue a los responsables de estos abusos” y que “ha frenado acciones tendientes a investigar a estas personas y a brindar resarcimiento a las víctimas”, entre otras cuestiones preocupantes.

Por otro lado, según Human Rights Watch, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU plantea expectativas más prometedoras a futuro. Destaca: “Un factor importante fue la decisión del gobierno de Obama de sumarse al consejo y diferenciarse así del rechazo mantenido por el gobierno de Bush”. Y remarca el rol de los gobiernos de México, Suiza, Chile, Botswana, Brasil y Argentina en este tema. A su vez, el informe presentado indica que el 2013 se firmaron dos tratados de importancia internacional: el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre Trabajadores del Hogar y un tratado adoptado en octubre que exige a los gobiernos eliminar los usos más peligrosos del mercurio en la minería y promover formas alternativas para el procesamiento del oro que no dependan de ese metal.

“A pesar de que fue un año convulsionado, durante el cual se cometieron numerosas atrocidades en algunos países y en otros se profundizó la represión, el 2013 también fue escenario de enérgicos movimientos de resistencia”, concluye la introducción al informe presentado en Berlín.

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