Tras la fuerte devaluación de fines de febrero, la venta de productos electrónicos y artículos para el hogar se encuentra sumamente golpeada.
Si había un sector económico en la Argentina que había salido más o menos indemne de la desaceleración del consumo de los últimos años, era precisamente el de los electrodomésticos. Desde el 22 de enero en adelante -y aún cuando el gobierno inicialmente sostenía que el salto del dólar no debía tener impacto en los precios- tuvieron que oficializar un 7.5 % de aumento en los precios para contener el despegue que habían tenido de un 40 % en apenas unas horas.
Al mismo tiempo, además del aumento de precios, hubo una segunda consecuencia para el sector, como indican Juan Diego Wasilevsky y Guadalupe Piñeiro Michel en un artículo llamado «Fin del efecto licuación: financiar compra de un electro ya supera suba de salarios»: «el fin de los tentadores planes de financiación, que habían hecho posible que el rubro de la electrónica capeara los temporales de los últimos años».
Hasta el 22 de enero, día en que el dólar devaluó bruscamente 24 centavos, aún era posible conseguir planes de 24 cuotas sin interés para smartphones, televisores o notebookes. Hoy, la mayoría de las cadenas de venta de electrodomésticos redujo fuertemente los planes de financiación. Las famosas 12 cuotas sin interés ofrecidas comunmente pasaron a tener un costo que incluso «supera a la inflación proyectada y a las mejoras que se esperan para las remuneraciones a lo largo del año», como indican Wasilevsky y Piñero Michel.
Por ejemplo, en la página de Frávega, se puede adquirir un SmartTV marca Philips, a un valor de $8.000 hasta en 6 cuotas sin interés de $1.333. Pero si se opta por un plan de 12 pagos, cada cuota será de $917, llevando el valor final a $11.000. Esto implica un sobrecosto de casi 38%
En el caso de otra cadena de retail, Compumundo, se puede comprar una notebook Toshiba hasta en 6 cuotas sin recargo por un valor total de $8.800 u optar por un plan de 12 pagos que llevan el valor final hasta los $12.300: hay un interés de casi 40%.
Por otro lado, los bancos también están jugando el mismo juego. Con la excepción del Banco Ciudad que sigue ofreciendo planes de pago a 24 cuotas sin interés para sus tarjetas de crédito y el Nación con un límite de 12, el resto, en general, se han reducido bruscamente (la mayoría con un promedio de 6).
Con la depreciación del peso, la incertidumbre de las paritarias y las dudas sobre la posibilidad de una recomposición del salario y la capacidad de consumo -además de intereses en el sector retail que llegan al 40 %-; la famosa «fuga al consumo» (o «tarjeteo» de bienes) para evitar el licuamiento de los ingresos u ahorros, es cada vez más improbable. Así lo aseveró Jorge Colina, economista de IDESA: «Se terminó el fenómeno de adelantar consumo e ir licuando los pagos mensuales». «Este año, sin dudas, marca una reversión de la dinámica de salarios creciendo en términos reales por encima de la inflación y de las tasas», recalcó.
Por el momento los precios al contado se encuentran dentro del acuerdo que impulsó el gobierno que aumentaba los precios en un 7.5% en relación a la previa a la devaluación. La duda que le surge a varios especialistas es hasta cuando podrán aguantar aquellos cuya cadena de producción arrastre precios dolarizados antes de reajustarlos.
En un año donde se juega el mundial de fútbol -lo que siempre incrementa la demanda de televisores y celulares- las esperanzas son bajas. Vicente Lourenzo, secretario de CAME explicó que «el año del Mundial se venden muchos Led y SmartTv. Pero no va a ser fácil abonar en 3 o 6 cuotas sin interés un artículo que puede costar más de $6.000».