Una fuerte caída de la industria automotriz, un freno al auge de la construcción, disminución del consumo privado en los hogares, son algunos de los factores que indican la situación económica actual. Un repaso por los distintos sectores.
El estado actual del mercado automotriz es la principal explicación que encuentra Abeceb.com para justificar el brusco descenso de la actividad industrial en la Argentina. En un informe de reciente publicación, afirmaron que «mientras que el nivel general de la industria tendría una baja en torno al 3%, se espera que el sector automotriz se contraiga un 15%».
La fuerte devaluación del peso en el mes de enero, derivó en un rápido incremento de los precios en la mayor parte de los sectores (alimentos, indumentaria, autos, etc.). Posteriormente, «se implementó una marcada suba de la tasa de interés que resintió el crédito y encareció el consumo. A esto se sumó la quita de subsidios desde el mes de marzo al gas y al agua, lo que lleva a un ajuste del presupuesto de las familias y las impulsa a recalibrar el consumo y apuntarlo hacia aquellos bienes de mayor necesidad. Además, para los próximos meses se espera un recorte en los subsidios a la energía eléctrica, al tiempo que se esperan nuevos aumentos del combustible, lo que profundizará el ajuste de los consumidores». ¿Los más afectados? «Aquellos que anteriormente eran los más beneficiados por una coyuntura que desincentivaba el ahorro. En este grupo se encuentran bienes durables como electrodomésticos o autos», dicen desde la consultora.
El sector automotriz representa un 6,5% del Producto Bruto Interno Industrial (PBI). «Los recortes en los planes de producción de las principales automotrices, no son sólo un problema de las terminales sino que repercuten en todos los eslabones y encadenamientos que genera», afirman. Se estima que por cada empleo creado en el sector, otros 3,7 son abiertos en empresas relacionadas.
En el caso de los sectores con una mayor dependencia del mercado interno, como el textil, calzado o electrodomésticos, la situación también se presenta compleja. «Paritarias que están cerrando en torno al 30%, con una inflación que se encuentra en niveles del 35%, suponen una erosión del salario real para 2014», explican. «Esto se traducirá en una caída del consumo privado que esperamos sería del 1,8%, por lo que estará aún por debajo de lo que se espera para el PBI (-1,5%)». De esta manera se verá resentido el gasto que las familias le dedicarán a estos bienes durables, el cual será en parte redireccionado hacia bienes de mayor necesidad.
Uno de los pocos sectores que traccionará a la industria a lo largo del año, será el de alimentos y bebidas. El mismo estará apuntalado principalmente por los bloques de lácteos y molienda. «Un mayor nivel de producción de trigo y una cosecha de soja que podría igualar (e incluso superar) el récord de 55 millones de toneladas de 2010, impulsarán a la industria agropecuaria», vaticinan. «En el caso de la soja, el fuerte incremento de la molienda esperado para 2014 sería del 18%, mientras que la industria molinera de trigo se compara con una muy baja base del 2013», agregan los consultores.
Las otras dos ramas de la industria que completan el podio de los que cerrarían el 2014 en terreno positivo, según las estimaciones de Abeceb.com, son: Sustancias y productos químicos y Refinación de petróleo. En el primer caso, el buen desempeño estaría dado por una mayor cosecha de granos que impulsará el uso de agroquímicos y por el bloque de laboratorios cuyas ventas, si bien lo harán a un menor ritmo, continuaran siendo dinámicas. La refinación estará impulsada por la normalización de la producción en ensenada (luego del incendio en 2013), pero acotada por la coyuntura económica.
Todo el resto de los sectores irán en baja este año según las proyecciones que realizaron los economistas: Metalmecánica, Caucho y plástico, Tabaco, Textiles, Papel y cartón, Edición e impresión, entre otras.