El avión que viajaba de Amsterdam a Kuala Lumpur con 295 personas a bordo fue impactado por un misil cerca de Rusia. No hay sobrevivientes y aún se desconocen los motivos del ataque.
El Boeing 777 comenzó a perder altura unos 80 kilómetros antes de entrar en el espacio aéreo ruso y cayó en territorio ucraniano, según informó la BBC. Minutos antes de que se empezara a difundir la noticia, la empresa de aviación comentó en Twitter que había perdido contacto con el vuelo:
Malaysia Airlines has lost contact of MH17 from Amsterdam. The last known position was over Ukrainian airspace. More details to follow.
— Malaysia Airlines (@MAS) July 17, 2014
La aeronave cayó en la región de Shiaktiorsk, 40 kilómetros al este de Donetsk, una ciudad que se autodeclaró independiente de Ucrania tras un referéndum y que busca la anexión a Rusia. Se trata de una zona que convive con combates aéreos por el actual conflicto entre Kiev y activistas prorrusos, según informó la agencia Interfax.
Por lo pronto, el Ministerio del Interior ucraniano se encargó de informar que el avión fue impactado por un misil «tierra-aire tipo BUK». El máximo referente del organismo, Anton Gerachtenko, aseguró que los 280 pasajeros a bordo y los 15 miembros de la tripulación murieron. Además, el presidente de aquel país, Petro Poroshenko, se anticipó y ya se atreve a denunciar públicamente que el transporte aéreo fue derribado por «terroristas de Rusia», y agregó: «En los últimos días, este es el tercer caso trágico de este tipo, después de que fueran derribados un An-26 y un Su-25. No descartamos que este avión también fuera alcanzado, y subrayamos que las Fuerzas Armadas ucranianas no realizaban ninguna acción para derribar objetivos en el aire», transmitieron sus asesores de prensa.
En contrapartida, el primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexander Borodai, aseguró que las fuerzas del Gobierno central de Ucrania son responsables de la tragedia, definida como una «provocación». También negó que sus filas prorrusas cuenten con los equipos necesarios para derribar una nave que se encuentra a 10 mil metros de altura. «Tenemos solo sistemas antiaéreos portátiles capaces de golpear como máximo a una altura de cinco kilómetros», complementó el vicepremier y uno de los máximos líderes de los rebeldes, Andrei Purghin.
Hasta ahora, solo hay acusaciones de un lado y del otro, pero aún se desconocen los motivos y autores del ataque.
