Como no se quiere ir de la casa, están tramitando una orden de desalojo.
Una pareja de ancianos chinos decidió llevar a su hijo Xu Qing ante la corte porque, con 29 años, se negaba a trabajar. Pero no sólo eso: además pretendía que sus padres cocinaran y lavaran también para su novia.
El padre de este joven caprichoso le consiguió un trabajo, pero él lo abandonó a los tres meses por parecerle «muy aburrido». Luego se llevó a su novia -también desempleada- a vivir con él y le exigió a los viejitos que también cocinaran y lavaran para ella. Eso fue el acabose.
Lo denunciaron y el juez falló a su favor: no tenían por qué hacerse cargo de mantener un adulto. Sin embargo, Xu Qing no acató la sentencia y se negó a abandonar el hogar o conseguir un trabajo. Un vivo bárbaro, el chinito.