miércoles 24 de abril de 2024
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El Kaláshnikov: de la URSS a los terroristas de la masacre de Charlie Hebdo

Los autores del atentado en la redacción de Charlie Hebdo han utilizado un arma que se ha convertido en el símbolo del terrorismo Jihadista: el fusil de asalto soviético AK-47, también conocido por el apellido de su creador, Mijail Kaláshnikov.

Tras el atentado del miércoles en la redacción de la revista Charlie Hebdo en París, hay un dato que quizás no ha llamado tanto la atención, pero que desde hace tiempo tiene en alerta a las agencias de seguridad y los servicios secretos de buena parte del mundo.
Se trata del tipo de armas que han usado los autores de la barbarie: el fusil de asalto Kaláshnikov, dieñado en la Unión Soviética en 1947 y conocido por su acrónimo, AK- 47.

El AK-47 es famoso por su gran fiabilidad, ya que soporta condiciones ambientales muy desfavorables sin inconvenientes. Ejemplares con decenas de años de servicio activo no presentan ningún problema; es un arma muy segura y permite alcanzar un blanco a 285 metros de distancia, con un ritmo de disparo de hasta 600 balas por minuto.

Logo_of_Boko_HaramCreado por Mijaíl Kaláshnikov, fue el fusil oficial de la Unión Soviética entre 1947 y 1978, pero ahora se ha convertido en el símbolo del terrorismo Jihadista, al punto tal que Boko Haram ha reemplazado en sus banderas la cimitarra por los AK-47.

Son varios los motivos que llevaron a que este fusil esté en manos de todos los grupos extremistas del mundo.

El primero y principal es que el AK-47 es el arma de fuego de mayor producción de la historia, con cerca de 100 millones de unidades manufacturadas y en circulación en el mundo. El segundo es que, aunque la patente es propiedad de la fábrica de armamento Izhmash el arma se fabrica en al menos 14 países, y según algunos informes, un millón de AK-47 y sus variantes son fabricadas ilegalmente cada año alrededor del mundo. Y el tercero es su bajísimo costo (tanto de las versiones legales como «piratas») especialmente en todo el norte de África, donde se puede obtener uno en perfecto funcionamiento por alrededor de 30 dólares.

Y el origen de este «exceso de oferta» se remonta al gigantesco arsenal Libio. Según relata Eduardo Martín de Pozuelo, jefe de investigación del diario español La Vanguardia, cuando la Corte Penal Internacional (CPI) realizó la investigación para procesar Muammar Khadafi, en la que actuaron varios fiscales y jueces de todo el mundo dirigidos por el fiscal argentino Luis Moreno Ocampo, se tomaron docenas de testimonios de ciudadanos libios, para armar la acusación formal que pedía la ONU contra el dictador libio. En varios de ellos las personas explicaron un hecho no tan conocido y que está teniendo una repercusión jamás imaginada: Khadafi había dado la orden de que toda familia libia tuviera en su casa al menos dos Kaláshnikov. La gente fue cumpliendo la orden del entonces presidente y fue comprando ejemplares de AK47 hasta alcanzar cifras insospechadas, que según algunos cálculos, podrían ser entre 2 y 4 millones de armas. Años después, tras la revolución libia esos fusiles empezaron a circular descontroladamente por todo el norte de África de tal forma que desde Al Qaeda, el Estado Islámico (EI) y todos los grupos terroristas de la región han tenido muy fácil acceso a este tipo de armamento.

Según expertos y organizaciones internacionales dedicadas al control de armas, el Avtomat Kaláshnikova 47 seguirá siendo la máquina de matar favorita en las zonas en conflicto de todo el mundo en los próximos 20 años. Y el nuevo símbolo de los grupos extremistas que intentarán utilizarla contra la libertad de pensamiento.

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