Hollywood parece decidido a hacer más programas de televisión de lo que nadie podría ver. Según el equipo de investigación de FX Networks, durante 2015 se transmitió por cable, tv de aire y streaming la friolera de 409 comedias y dramas. Este es con segurudad un récord histórico, y casi el doble de los que se emitió durante el primer año de la administración de Obama. El jefe de FX John Landgraf acuñó una frase para el fenómeno («Pico de TV») en agosto.
Mientras que el cable básico había impulsado la mayor parte del auge de contenido durante los ’00s y’ 10s, los proveedores de streaming -sobre todo Netflix, pero también de Amazon, Hulu y Crackle- representaron el mayor segmento de crecimiento de este año, tanto en términos porcentuales como en la cantidad de nuevas series.
Las series creadas para streaming casi se duplicaron, pasando de 27 en 2014 a 44 en 2015. El cable básico creció mucho menos: hubo 181 shows en 2015, «sólo» 12 más que los 169 de 2014. La tv abierta (147) y de cable premium (37) se mantuvieron prácticamente igual, con sólo dos series más cada uno.
Landgraf y otros jugadores de la industria consideran al fenómeno una burbuja y pronostican una pronta desaceleración. Pero hasta el momento, es difícil ver alguna señal en ese sentido en el horizonte: Netflix está en camino de estrenar casi tres docenas de programas en 2016, mientras que YouTube y otros competidores han señalado su intención de saltar agresivamente hacia la producción de contenidos.
