viernes 17 de mayo de 2024
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Lucha de clases

Existe un reclamo generalizado para el retorno a las clases presenciales. En esto coinciden desde el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, hasta los gobernadores de todas las provincias. A pesar del alto número de contagios del Covid que todavía subsisten en Argentina, tanto la Organización Mundial de la Salud, Unicef y la Sociedad de Pediatría Argentina sugieren volver a las aulas. Sin embargo, no parece tan fácil.

El escenario del conflicto tiene como epicentro la Ciudad de Buenos Aires por varias razones. La primera es que Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño, se adelantó a sus colegas al anunciar el retorno a la presencialidad el 17 de febrero (la mayoría de las provincias lo hará el 1º de marzo). Tampoco quiso consensuar el inicio con la provincia de Buenos Aires ni esperar a la reunión pautada con todos los Ministros de Educación del país en el Consejo Federal de Educación. Sabe que se trata de una necesidad real pero que además rinde políticamente.

Como era previsible los gremios docentes de la Capital se opusieron in extremis,
hasta hablaron de un plan criminal. Es probable que llamen a un paro.

En el gobierno nacional tratan de poner paños fríos.

El debate no debería ser volver o no a las aulas, sino cómo volver de forma segura para alumnos y docentes.

Hay cuestionamientos gremiales fundamentados:

– ¿Cómo será el transporte hasta las escuelas?
– ¿Qué pasa en los colegios que no tienen espacios adecuados o aulas ventiladas?
– Reforzar el personal de limpieza
– ¿Cómo harán los docentes con varios cursos para mantener la burbuja sanitaria?
– ¿Por qué no se adecuó la infraestructura en los meses que pasaron?
– ¿Por qué se recortó presupuesto de educación?

Esto no sólo vale para CABA sino para todo el país.

Son argumentos válidos pero no suficientes.

Funcionarios y sindicalistas deberían trabajar en conjunto sobre una única hipótesis: retomar algún tipo de presencialidad, ahora que se puede. Se estima una posible segunda ola para el otroño donde quizás haya que volver hacia atrás.

Pero es difícil, sobran la mezquindad y los prejuicios ideológicos.

La prioridad son los alumnos.

Son los que más sufrieron.

Los verdaderos sujetos del derecho a la educación.

Alguien les preguntó qué opinan, qué quieren hacer

Es probable que puedan enseñarnos algo.