La música en las plataformas de streaming cuadruplicó a nivel mundial los ingresos producidas por CDs, vinilo y cassettes
La industria de la música grabada ha experimentado una profunda transformación en las últimas dos décadas. Si antes dependía de la venta de soportes físicos como CDs, vinilos o casetes, ahora su principal fuente de ingresos es el streaming de música, es decir, el acceso a millones de canciones a través de internet sin necesidad de descargarlas ni almacenarlas. Spotify, YouTube Music, Apple Music y Deezer son algunas de las compañías que ofrecen este tipo de servicio.
Según los datos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), el streaming de música generó unos ingresos de 17.500 millones de dólares estadounidenses en 2022, lo que supone un aumento del 40% respecto al año anterior. Este segmento representa ya el 68% del mercado discográfico mundial, frente al 56% que tenía en 2020.
Por el contrario, la venta de música física solo aportó unos ingresos de 4.600 millones de dólares en 2022, lo que significa un 9% del total. Aunque esta cifra supone un crecimiento del 21% respecto a 2020, se debe principalmente al auge del vinilo, que ha resurgido como un producto de coleccionismo y nostalgia. Sin embargo, el formato físico sigue siendo muy inferior al streaming en términos de rentabilidad y popularidad.
El streaming supera al formato físico desde el año 2015 y experimentó un crecimiento constante hasta alcanzar los 13.400 millones de dólares en el 2020. Mientras que el formato físico sufre un descenso progresivo desde el año 2000, cuando alcanzó su máximo de 25.200 millones de dólares, hasta el 2020, cuando registró unos ingresos de solo 4.200 millones de dólares.
El streaming de música revolucionó la forma de consumir y disfrutar de la música, ofreciendo una gran variedad y personalización a los usuarios. Además, permitió a la industria musical recuperarse de la crisis provocada por la piratería y adaptarse a las nuevas tecnologías y hábitos de consumo. El streaming es, sin duda, el presente y el futuro de la música grabada.
