Los pacientes con enfermedad cardiovascular (ECV) presentan tasas desproporcionadamente altas de cáncer incidente en comparación con aquellos sin ECV, con independencia de los factores de riesgo habituales que comparten. El riesgo de ciertos tipos de neoplasias malignas varía en función de la ECV aterosclerótica o no aterosclerótica de los pacientes.
La investigación publicada en el suplemento CardioOncology de la colección de revistas JACC, se propuso analizar la asociación de ECV, tanto aterosclerótica como no aterosclerótica, con el desarrollo de cáncer y observar cómo se facilitan las delineaciones potenciales de la relación en función de los procesos patológicos subyacentes.
Con datos de más de 27 millones de personas, la investigación es presentada como la más grande exploración del vínculo entre ambas enfermedades.
El artículo destaca que los hallazgos fueron consistentes con los análisis secundarios que controlaron el estado de tabaquismo y el índice de masa corporal (IMC), razón por la cual la presencia de insuficiencia cardíaca o factores de riesgo CV tradicionales no explicarían completamente las asociaciones observadas. Los análisis de subtipos de cáncer demostraron asociaciones específicas entre ECV aterosclerosclerótica (ECVA) y una variedad de cánceres específicos de utilidad en la definición de futuras investigaciones.
Detalles de la investigación
El estudio identificó en la base de datos de IBM MarketScan millones de sujetos sin cáncer con un mínimo de 36 meses de datos de seguimiento.
Los individuos luego de clasificarse en gripos con o sin ECV, fueron analizados en el tiempo con ajustes multivariables para factores de riesgo cardiovascular y cálculo del riesgo acumulado de cáncer. Además, se les realizaron análisis adicionales según el tipo de ECV (aterosclerótica o no aterosclerótica) y el subtipo de cáncer.
Entre las 27.195.088 personas evaluadas las que padecían ECV tenían un 12 % más de probabilidades de desarrollar cáncer respecto a las que no tenían ECV.
Los resultados comparativos fueron más pronunciados para las personas con ECVA en comparación con quienes no padecían ECV o su ECV era no aterosclerótica. Los análisis de subtipos de cáncer mostraron asociaciones específicas de ECVA con varias neoplasias malignas, incluidos cáncer de pulmón, vejiga, hígado, colon y otros cánceres hematológicos.
El riesgo de cáncer posterior a ECV
En esta cohorte basada en la población de más de 27 millones de personas, pudo determinarse que la ECV se asocia con un mayor riesgo de incidencia cancerígena con manifestación pronunciada para la ECVA. Al parecer, según los autores, la relación se verifica con neoplasias de vejiga, colon, pulmón y malignidades hematológicas, incluso después de tener en cuenta los factores de riesgo tradicionales.
Antecedentes de la literatura
Los hallazgos se basan en diversos estudios previos. Una investigación basada en 32 095 personas del Sakakibara Heart Institute, Japón, que comparó la incidencia de cáncer entre aquellos con expresiones ateroscleróticas y no ateroscleróticas de ECV encontró que la presencia de aterosclerosis es un factor de riesgo independiente para el diagnóstico de cáncer.
Sin embargo, la generalización de estos resultados se vio limitada por la ausencia de un grupo de control saludable, el tamaño de estudio limitado para explorar los subtipos de cáncer y una muestra homogénea con la única presencia de participantes de un solo centro de atención terciaria.
En contraste con el estudio japonés, los resultados de estos hallazgos surgen de incorporar un grupo de control saludable, mayor poder para determinar los subtipos de cáncer y el uso de una población representativa de diversos centros de atención médica.
Dos estudios de cohortes retrospectivos anteriores, pese a encontrar una conexión entre la insuficiencia cardíaca y la incidencia de cáncer, no alcanzaron a distinguir entre las etiologías ateroscleróticas y no ateroscleróticas de la insuficiencia cardíaca ni tampoco controlar el tabaquismo.
La investigación de CardioOncology no alteró los hallazgos del análisis principal. Tanto los grupos ateroscleróticos como los no ateroscleróticos continuaron teniendo una mayor incidencia de cáncer en comparación con los que no tenían ECV. Por lo tanto, estos resultados parecen no estar impulsados por una asociación específica entre la insuficiencia cardíaca y el cáncer.
Los análisis de cáncer por individuo demuestran que muchos subtipos ocurren en tasas más altas en pacientes con ECV. Sin embargo, el riesgo difirió según la presencia o ausencia de aterosclerosis.
Por ejemplo, tanto en el análisis primario como en el análisis secundario basado en HRA (que se ajustó por IMC y tabaquismo, además de varias covariables), las personas con ECVA tenían un mayor riesgo de cáncer de vejiga, colon y pulmón, así como de linfoma, leucemia y neoplasias malignas hematológicas, en relación con aquellos con ECV no aterosclerótica o sin ECV.
Llamo la atención de los investigadores que los cánceres por lo general impulsados ??por hormonas, incluidos el de mama y ovario, demostraron una asociación inversa con la ECVA que confiere un efecto protector. Aunque los mecanismos subyacentes a esta asociación no están claros, es interesante notar que el estrógeno afecta la vasodilatación y la remodelación vascular, con efecto antiaterosclerótico demostrado.
Conclusiones
Este estudio encontró que la presencia de ECV está asociada con una mayor incidencia de cáncer, particularmente entre individuos con ECV aterosclerótica.
La comprensión cabal de la interacción entre ECV y cáncer podría arrojar implicancias significativas. El inicio de ensayos clínicos aleatorizados reales a largo plazo para explorar temas como la detección agresiva de subtipos de cáncer basada en el diagnóstico CV mejoraría la delimitación de los riesgos asociados, o incluso dilucidaría los biomarcadores circulantes que podrían alterar los enfoques de prevención y mejorar la detección de una manera precisa y personalizada.
Los autores sugieren que, en comparación con la atención de rutina, la consideración amplia del concepto de interdependencia podría sumarse como área de investigación clínica. La modificación progresiva y cada vez más rigurosa de los factores de riesgo cardíaco sería beneficiosa para las personas con cáncer (o subtipos de cáncer).