Los candidatos a la presidencia de Brasil, el actual mandatario Luiz Inácio “Lula” da Silva y el conservador socialdemócrata Geraldo Alckmin, debatieron el viernes por la noche en televisión, a horas de la segunda vuelta electoral del domingo.
Según la mayoría de las consultoras, Lula estaría aventajando a su rival por una leve diferencia, pero luego del sorpresivo ballottage, cuando parecía que la reelección estaría asegurada en la primera vuelta, los medios ya no se atreven a difundir datos.
Sólo se señala que Alckmin ha perdido, durante el debate del viernes, la última oportunidad de poner en aprietos al Presidente, vapuleado por los recientes escándalos de corrupción en su entorno. Lula se mostró irritable e increpó a su oponente en varias oportunidades.
Las mayores diferencias entre ambos se hicieron visibles cuando llegó el momento de hablar de números. Las cifras económicas de ambos candidatos resultaron ostensiblemente disímiles. “Sus números son un chiste”, le dijo Lula a su rival, que lo había acusado de producir un crecimiento de sólo el 2%, el peor de toda la región en un marco de crecimiento global.
El domingo, 125 millones de brasileños y brasileñas concurrirán a las urnas para definir no sólo el rumbo de la economía más significativa de la región, sino el de la quinta economía mundial. El triunfo de Alckmin podría significar el fin de la unión estrecha entre Brasil y Venezuela, una mayor tensión en la relación comercial con la Argentina y un giro del Mercosur hacia los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
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www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-75287-2006-10-28.html
news.bbc.co.uk/low/spanish/latin_america/newsid_6093000/6093642.stm
www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=853575
