Como se esperaba, el Primer Ministro italiano, Romano Prodi, consiguió el masivo apoyo del Senado, poniendo fin a la crisis de gobernabilidad, y continuará al frente del Ejecutivo, a pesar del pedido de elecciones anticipadas de la oposición.
Prodi había llegado al poder al frente de una débil coalición de centroizquierda que logró derrotar por un pequeño margen al ex Primer Ministro Silvio Berlusconi. La coalición comenzó a fragmentarse ni bien Prodi asumió su cargo y la oposición aprovechó la oportunidad para propinarle varios reveses en el Parlamento.
El último de ellos ocurrió poco más de 10 días, cuando le negaron a aprobación de una ley sobre el despliegue de tropas en Afganistán. Prodi, que lideraba todas las encuestas pero necesitaba apoyo político, le presentó su renuncia al presidente, Giorgio Napolitano, porque sabía que se la rechazaría y le recomendaría buscar el apoyo del Parlamento. Y así fue.
Si el Senado no hubiera apoyado a Prodi como lo hizo, por 342 votos contra 253, el primer Ministro hubiera renunciado automáticamente, pero se presentaría de nuevo, con la seguridad de ganara otra vez las elecciones, en esta oportunidad, sin la necesidad de apelar a una coalición. Por otra parte, los miembros de la coalición prefirieron apoyar a su propio candidato, pese a las diferencias, que darle el apoyo a Berlusconi y quedar aislados políticamente.
Durante su discurso en el Senado, Prodi adelantó que prepara una embestida legislativa para modificar la Ley Electoral (en Italia no hay segunda vuelta), para renovar la financiación de la guerra en Afganistán y para la aprobación de las parejas de hecho.
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www.elmundo.es/elmundo/2007/03/02/internacional/1172841179.html
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20070302elpepuint_9/Tes
www.clarin.com/diario/2007/03/03/elmundo/i-03201.htm
