En la última y más larga escala de su gira por América Latina, el presidente de EEUU, George Bush, se reunió con su par mexicano, Felipe Calderón, ante quien prometió que “hará todo lo posible” por lograr una reforma migratoria más beneficiosa para los mexicanos.
«Mientras haya dos economías tan complementarias y desiguales, una intensiva en capital y otra intensiva en mano de obra, la migración no podrá detenerse y mucho menos por decreto», mencionó Calderón.
Frente a esas consideraciones, el jefe de la Casa Blanca prometió «al pueblo de México» que trabajará «todo lo que pueda para impulsar una reforma migratoria integral». Sin embargo, de ninguna de las promesas de Bush se pudo sacar en limpio nada concreto.
La cuestión migratoria es central para México. Se estima que alrededor de once millones de mexicanos residen en Estados Unidos, la gran mayoría de forma ilegal, y envían unos 25 mil millones de dólares anuales en remesas a sus familias.
Ambos mandatarios también hablaron del narcotráfico y la violencia que ese negocio genera, un problema que sacudió a México en los últimos años.
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www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-81730-2007-03-14.html
www.lanacion.com.ar/891145
www.clarin.com/diario/2007/03/14/elmundo/i-02401.htm
