Una comisión judicial del Congreso estadounidense desafió a Bush al exigir la presencia de altos funcionarios de la Casa Blanca para que sean interpelados bajo juramento por el escándalo surgido a raíz del despido de ocho fiscales federales.
Karl Rove, el principal asesor del mandatario estadounidense, y la ex consejera presidencial Harriet Miers, son algunos de los principales señalados por los legisladores.
Las sospechas por la salida de los ocho fiscales responde a que ellos justamente estaban impulsando ciertas investigaciones que podían arrojar vínculos ilegales entre ciertos empresarios y políticos republicanos, con posibles actos de corrupción. Y a ese dato se sumó que, en por lo menos un caso, uno de los fiscales fue sustituido por un amigo de Rove.
Bush por su parte, rechazó la presión demócrata, a la que acusó de intentar una «expedición a ciegas» en busca de cualquier dato que alimente una controversia, y anticipó que está «absolutamente» decidido a recurrir a la Justicia para que anule esas órdenes de comparecencia.
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www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=893470
www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-82088-2007-03-22.html
www.clarin.com/diario/2007/03/22/elmundo/i-02201.htm
