Durante su tradicional mensaje de Pascua en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI realizó un nuevo llamado a la paz mundial en el que pidió la abolición de la pena de muerte, el fin de las guerras y aseguró que para ello es preciso un retorno a la Fe.
Luego de enumerar muchos de los males que aquejan a la humanidad («el flagelo del hambre», «las enfermedades incurables», «el terrorismo», «los secuestros de personas», «el desprecio de la vida», «la violación de los derechos humanos», y «la explotación de la persona»), manifestó su preocupación por los conflictos armados en Darfur, Irak y entre palestinos e israelíes.
Todas estas “calamidades”, según aseguró el Pontífice, ponen en duda la Fe de los creyentes. Sin embargo, insistió en que es la profundización de esa misma Fe el mejor camino para salir de esa encrucijada.
El Papa habló y ofreció su bendición “Urbi et Orbi” a los más de 120.000 concurrentes que se reunieron en Roma. Pocas horas antes de la celebración, una gran parte de ellos se congregó para marchar contra la pena de muerte. Si bien el Papa apoyó la iniciativa, se esperaba un saludo especial a los peregrinos, tal como lo hizo su antecesor, Juan Pablo II, en muchas oportunidades. Pero eso no ocurrió, para decepción de los manifestantes.
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www.elmundo.es/elmundo/2007/04/08/internacional/1176037156.html
www.lacapital.com.ar/2007/04/08/general/noticia_379889.shtml
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_6536000/6536895.stm
