En su primer visita a Brasil y a Latinoamérica, el Papa pidió a los jóvenes que vivan en castidad y construyan una sociedad justa y solidaria. Durante la reunion que el presidente Lula mantuvo con el sumo pontífice, trazó una clara separación entre Iglesia y Estado.
En un discurso pronunciado ante grupos de jóvenes católicos, Benedicto XVI se refirió al matrimonio, del que dijo que hay que respetarlo y venerarlo, y a la castidad, que «necesita un espíritu de sacrificio y renuncia».
Ayer también el Papa tuvo su primer reunion en privado con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien señaló al pontífice que su objetivo es “fortalecer un Estado laico y que la religión sea un instrumento para temas espirituales y sociales”.
Si bien la polémica sobre la legalización del aborto no se trató en la reunión, Lula dejó trazada una clara separación entre Iglesia y Estado.
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