El enviado especial de la ONU a Myanmar (ex-Birmania), Ibrahim Gambari, consiguió por fin reunirse con la junta militar que gobierna ese país y con la líder de la oposición, Aung San Suu Ky. Su objetivo es interiorizarse de la situación y tratar de disuadir a las autoridades para que pongan fin a la violencia desatada contra los monjes y la población civil que desde hace cuatro días se manifiesta en las calles de la capital.
La cúpula militar, en este momento encabezada por Than Shwe, gobierna la ex-Birmania desde 1962. En la última semana, la población civil – encabezada por grupos de monjes budistas – ganó las calles exigiendo apertura democrática y respeto a los derechos humanos. Las autoridades militares respondieron con una dura represión.
Hasta el momento, la violencia empleada contra los monjes y manifestantes civiles ha causado al menos 16 muertos y unos 200 heridos. Pero la comunidad internacional sospecha que las cifras serían mayores.
La Organización de Naciones Unidas envió a la zona a Ibrahim Gambari. Éste logró finalmente reunirse con la Junta Militar para pedirle que pongan fin a la violencia. Y luego, previa autorización de las autoridades, se entrevistó con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, encarcelada desde hace 12 años.
Suu Kyi tiene 62 años, fue elegida premio Nobel de la Paz por su lucha en Birmania y lidera la Liga Nacional para la Democracia (LND), el principal partido de la oposición. Desde junio de 2003 cumple arresto domiciliario pero ha pasado en reclusión 12 de los últimos 19 años. En 1990, la LND venció con abrumadora mayoría en las elecciones generales pero los resultados nunca fueron reconocidos por los generales.
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www.elmundo.es/elmundo/2007/09/30/internacional/1191141939.html
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20070930elpepuint_2/Tes
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