La tensión continúa en Myanmar, la ex Birmania, donde la junta militar que gobierna el país sigue efectuando arrestos masivos. Estos ocurrieron tan solo un día después de que el enviado especial de las Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, abandonara el país, tras reunirse por separado con el jefe de la junta militar, Than Shwe, y con la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, para intentar encontrar una solución pacífica a la crisis.
La amplia redada tuvo lugar durante la noche del martes y la madrugada de ayer, en la ciudad de Rangún, y se centró en los hogares situados cerca de la gran pagoda de Shwedagon. Ese es uno de los puntos de reunión más emblemáticos para los participantes de las pacíficas manifestaciones que la semana pasada fueron acalladas a tiros, golpes y gases por el gobierno.
Mientras la ONU espera el informe de Gambari sobre su visita al país asiático, que será presentado hoy al secretario general del organismo, Ban Ki-moon, y mañana al Consejo de Seguridad, la Unión Europea (UE) acordó ayer endurecer las sanciones contra el régimen por su violenta respuesta a las protestas.
Si bien Portugal, que ostenta la presidencia de la UE, no precisó cuál será la naturaleza de tales sanciones, fuentes diplomáticas adelantaron que éstas incluyen más prohibiciones a las exportaciones de Myanmar, como maderas y piedras preciosas, y la expansión de la negativa de visas a familiares de los miembros de la junta.
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www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=949837
www.lavanguardia.es/lv24h/20071004/53398974008.html
www.lacapital.com.ar/2007/10/04/mundo/noticia_420226.shtml
