El presidente francés Nicolás Sarkozy afronta uno de los grandes desafíos desde que asumió la presidencia: la primera huelga en su contra, encabezada por el sector del transporte.
La huelga es una respuesta a la iniciativa presidencial de cambiar la política previsional, cosa que podría afectar las pensiones de los trabajadores. Ya en 1995, recién asumido el presidente Jacques Chirac, su primer ministro Alain Juppé quiso hacer la misma reforma y sufrió una huelga de enormes dimensiones. El plan actual afectaría a cerca de un millón de trabajadores activos y a medio millón de jubilados.
Se estima que un 73,5 por ciento se plegó a la medida, con lo que supera a los adherentes de la huelga de 1995. Lo cierto es que es imposible viajar en tren o en subte (metro), ni tampoco en autobús.
El gobierno se mantiene inflexible, mientras lo que puede pasar a la historia como el “jueves negro” de Sarkozy se coronará con más de 60 manifestaciones en todo el país.
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www.lavanguardia.es/lv24h/20071018/53403036380.html
www.elmundo.es/elmundo/2007/10/17/internacional/1192638573.html
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_7050000/7050371.stm
