El gobierno argentino mira con desconfianza al embajador norteamericano en Buenos Aires, Earl Wayne, a quién no considera ajeno a la situación suscitada por las derivaciones del caso Antonini Wilson.
Para algunos, Wayne es parte de los halcones republicanos que pretenden manchar la relación de la Argentina con Venezuela, de ahí que en la reunión con el canciller Jorge Taiana se le haya informado que sus actividades quedaban restringidas, en materia de dialogo con el gobierno argentino, a visitar el Palacio San Martín.
A esto se suma que el nuevo embajador en Washington, Héctor Timerman, aun no fue confirmado por las autoridades norteamericanas. La demora en darle el plácet podría tardar entre 30 y 60 días, cuando el gobierno argentino le dio el suyo a Wayne a las 24 horas de arribado a Buenos Aires.
«Desde el gobierno queremos que se investigue y en Estados Unidos no lo hacen, sino que crearon una formidable causa de espionaje que convirtió al acusado en una víctima de extorsión de Argentina y en breve lo convertirán en un testigo protegido para impedir su extradición», afirmó por su parte el Jefe de Gabinete Alberto Fernández.
A las críticas del kichnerismo puro se suman las de los radicales K, que acompañan al gobierno. «No descartamos de ninguna manera una operación de inteligencia de Estados Unidos, cuyo destinatario sería Venezuela, y reivindicamos nuestros controles, que fueron los que detectaron la irregularidad», dijo Daniel Katz, jefe de los diputados de la UCR que se integraron al kirchnerismo.
Más información
www.clarin.com/diario/2007/12/24/elpais/p-00601.htm
www.perfil.com/contenidos/2007/12/23/noticia_0061.html
www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/politica/nota.asp?nota_id=973684
