El gremialista Daniel Farella aseguró que la joven de 15 años sufrió golpes y torturas psicológicas. Responsabilizó a la empresa Monsa, y recordó que el mes pasado prendieron fuego el auto de uno de sus compañeros.
Los choferes de la línea 60 de colectivos anunciaron un paro para la tarde del viernes, en repudio a las agresiones físicas y torturas que sufrió durante la noche del jueves la nieta de 15 años del delegado gremial Daniel Farella.
«Fue la empresa, no hay dudas», disparó al respecto Farella, en alusión a la firma Micro Ómnibus Norte SA (Monsa), a cargo de la línea 60. Y relató: «La ataron de pies y manos a la cama. Le pasaron un cuchillo por el cuerpo diciéndole que cuando yo regresara, me iban a matar. Le mostraron una foto de mi libreta de trabajo y le dijeron que me tenía que dejar de joder con los reclamos laborales».
«Fueron cinco individuos que entraron en mi casa, revolvieron todo, me dieron vuelta la casa, se llevaron todo. No podemos permitir que nos maten a la familia», sostuvo el delegado, y recordó la huelga iniciada el mes pasado luego de que el auto de su compañero Néstor Marcolín apareciera incendiado.
«Los trabajadores nos encontramos en alerta y asamblea permanente, repudiando este tipo de agresiones físicas y psicológicas», explicó a través de un comunicado el cuerpo de delegados de la línea, que une al barrio porteño de Constitución con la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz y transporta a unos 300 mil pasajeros por día.