Una empresa colombiana está combinando plástico reciclado con cáscaras de café desechadas para crear materiales para hogares sostenibles. Se trata de viviendas prefabricadas, livianas y accesibles al mismo tiempo, que reducen las emisiones de metano a base de desechos de alimentos.
Woodpecker, con sede en Bogotá, produce edificios prefabricados ligeros y sostenibles para facilitar el transporte y la construcción en cualquier lugar, como hogares o aulas. La estructura de bricolaje de los edificios Woodpecker es parte integral de su misión de proporcionar viviendas para personas de bajos ingresos en las áreas más pobres de Colombia.
Las partes separadas y estandarizadas (cáscara de café y tableros a base de plástico combinados con un marco de acero) se sujetan en el lugar como piezas de Lego con un mínimo de conocimientos de construcción y herramientas necesarias.
Woodpecker ha estado produciendo casas sostenibles y otros edificios durante más de 10 años, y gracias a los métodos de producción a gran escala y al bajo costo de los materiales en sí, sus casas están disponibles por tan solo USD 4.500 por casa prefabricada.
“Vimos que había una gran necesidad de un sistema de construcción liviano para viviendas y aulas en lugares rurales y aislados donde los sistemas de construcción tradicionales como ladrillos, cemento y concreto no funcionan”, dijo el CEO de Woodpecker, Alejandro Franco.
La empresa constructora se decidió por este material después de probar varias fibras naturales diferentes (que incluyen aserrín, arroz, palma y pasto), con diferentes variedades de plástico reciclado. La cáscara de café es ignífuga, extremadamente duradera, e incluso resistente a los insectos.
“Se seleccionó la cáscara del café porque es más fuerte y seca que las otras fibras”, explicó Franco. Colombia es también el tercer productor de café más grande del mundo después de Brasil y Vietnam, lo que significa que la cáscara de café está disponible en todo el país.
