A todo nos gusta pensar que somos capaces de distinguir entre una imagen auténtica, de una falsa. Pero un nuevo estudio de la Universidad de Río Grande del Sur (Brasil), sugiere que, de hecho, nos cuesta bastante diferenciar una foto digital falsa, de una verdadera.
En el estudio, el equipo de científicos describe como investigaron la capacidad humana para detectar imágenes falsas, que al parecer, sería bastante mala.
Los investigadores comenzaron creando una base de datos de imágenes para mostrarles a las personas, tomando 177 fotos de una base de datos forense, de las cuales 97 fueron retocadas, borrando o sumando elementos.
En la imagen superior pueden verse tres ejemplos: a la izquierda un detalle fue duplicado, en el centro la cara del hombre fue cambiada, y en la de la derecha, algunos papeles fueron borrados de la pizarra.
El equipo exhibió las imágenes ante 393 personas y les pidió que consideraran si una imagen había sido trucada, y en caso afirmativo que hicieran clic sobre la zona modificada.
Los participantes del estudio fueron personas con grado de instrucción intermedio, y con media o poca experiencia con imágenes digitales. El ejercicio produjo 17.000 respuestas.
Los resultados fueron decepcionantes, según los investigadores, «Indican que la gente muestra una habilidad poco precisa a la hora de diferenciar entre imágenes alteradas y no alteradas… en algunos casos solo se detectan las imágenes modificadas un 46,5% de las veces».
Cuando se les preguntó a los participantes por qué creían que no habían logrado identificar la versión falsa, los científicos recibieron como respuesta un surtido de excusas, desde que había demasiados objetos en la imagen, que había demasiado para ser analizado, o que simplemente no habían mirado en detalle esa parte de la foto.
