Europa ha pasado durante los últimos meses, y durante gran parte del año pasado, por una de las etapas más duras en cuanto a inflación en tiempos de paz. Haciendo salvedad de la actual guerra que se sigue librando en Ucrania. Gran parte de este fenómeno inflacionario son las secuelas de la crisis del Covid-19, agravada por malas políticas de las grandes potencias mundiales (incluyendo países de la propia Europa) que han provocado un alza en las tasas inflacionarias en toda la unión.
Actualmente, el propio euro se encuentra en un punto bastante malo en cuanto a su valor en el mercado internacional de divisas, siendo las previsiones del euro/dólar en los próximos días bastante negativos para la moneda común europea, ya que se espera que su recuperación, de haberla, no sea muy significante.
Esto se contrasta con la espera a las nuevas políticas del BCE, órgano que podría disminuir las presiones para reducir los precios. Esta incertidumbre ha hecho que, de momento, la fuerza del euro en el mercado internacional merme, cayendo en mayo al punto más bajo desde abril de 2022.
Los precios bajan en Europa
Tras el invierno que, junto con muchos otros factores, había disminuido severamente el abastecimiento de ciertos productos, los cuales, como respuesta, encarecieron durante varios meses. Esto elevó el IPC en casi toda la unión, en especial en países como Alemania y Francia, dos de los ejes principales de la unión. Recientemente, tanto Alemania como Francia, así como otros países como España, han visto reducido su IPC, lo cual representa una buena noticia para los bolsillos de sus habitantes. Al mismo tiempo, la inflación en el mes de mayo se ubicó en 6.1%, lo cual es menor a los resultados obtenidos en abril. Estos números, si excluimos el alcohol, alimento y tabaco, se reduce incluso hasta el 5.3%, lo cual es un gran avance en comparación con los meses pasados.
Al mismo tiempo, y la razón por la cual el euro retrocedió en el pasado mayo, fueron las especulaciones alrededor de estas cifras inflacionarias, que apuntan a que el BCE podría reducir el tono de sus políticas para controlar, precisamente, la atenuada inflación europea. Esto podría, según aseguran los especuladores, convertirse en un retroceso con respecto a los avances contra la inflación actualmente.
El objetivo a largo plazo
El BCE ya había suavizado las medidas, después de iniciar varias alzas en las tasas de interés de entre 50 y 75 puntos básicos. El organismo, que se encuentra presidido en la actualidad por Christine Lagarde, redujo en mayo en 25 puntos las tasas, y se cree que continuará con este ritmo de disminución de las tasas a medida que mejoren las tasas inflacionarias. Sin embargo, la inflación está muy lejos del objetivo del 2%.
Para muchos, el banco debería esperar a que el objetivo se encuentre más cerca antes de reducir las tasas, reduciendo aún más la cantidad de euros en circulación. Todo esto hizo que el euro perdiera valor a pesar de que las tasas inflacionarias han dado resultados positivos.
