Todos sabemos que el plástico ensucia los océanos. Pero hay otro tipo de contaminación plástica de la que quizás no hayas oído hablar. Se llama microplástico atmosférico. Y al parecer, lo estamos respirando todo el tiempo.
Una nueva experiencia interactiva patrocinada por Google Arts & Culture, que visualiza los pequeños e invisibles trozos de plástico que flotan en el aire a nuestro alrededor, permite a los visitantes hacer clic en partículas de plástico para averiguar su composición química, y de dónde podrían haber venido.
El nuevo sitio interactivo llamado Plastic Air, fue realizado por Giorgia Lupi, Talia Cotton, y Phil Cox, y visualiza cuánto plástico flota libremente en el aire en cualquier lugar, día a día, y cómo nuestros hábitos cotidianos lo empeoran aún más.
Los microplásticos (o partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño), se desprenden y se descomponen de casi cualquier producto de plástico. Una vez descompuestas, esas pequeñas partículas pueden quedar atrapadas en el aire y viajar hasta el Ártico o las montañas de los Pirineos franceses y, en última instancia, hasta los pulmones.
Aunque los investigadores dicen que no hay mucha información disponible sobre el comportamiento de los microplásticos en el aire, podría tener efectos dañinos sobre la salud, incluida la inflamación, las lesiones y los problemas respiratorios como el asma con la exposición continua.
Plastic Air expone esa realidad permitiendo a los usuarios ver el plástico en el aire y las fibras, películas, gránulos y fragmentos de plástico, que comienzan a bailar por el sitio en formas abstractas y colores variables.
Pasando el mouse sobre una partícula puede verse su composición: un triángulo negro representa el nailon, posiblemente de una red de pesca (tamaño, 33 micrómetros; recorrido, 252,8 millas). Otro es un trozo de fibra ondulada de color rojo, posiblemente de un suéter (tamaño, 109 micrómetros; recorrido, 71,5 millas). Los usuarios también pueden personalizar la experiencia intercambiando entre configuraciones urbanas y remotas, introducir lluvia y nieve, y mucho más.
Giorgia Lupi cuenta que el equipo quería alejarse de las típicas representaciones nubladas de la contaminación, y entrar en algo tan hermoso que los usuarios quisieran quedarse, interactuar con el sitio y aprender más. El equipo trabajó con investigadores para averiguar qué tipo de sitio les ayudaría a crear conciencia sobre el problema.
El sitio establece una conexión directa entre nuestros hábitos individuales y la cantidad de microplásticos en el aire. Pasando el mouse sobre el fondo (un cielo que cambia constantemente de color), verás un pequeño mensaje, como «redecorar», «comer un dulce», «pedir comida para llevar» o «beber un café con leche». Cada clic envía un objeto relacionado, tal vez una almohada, un envoltorio de caramelo o una caja de comida para llevar, que se tambalea en la pantalla, generando un paquete de partículas de plástico multicolor, peligroso y parecido a un confeti.
Sus creadores esperan que el sitio genere suficiente conversación para que los investigadores obtengan la financiación que necesitan para recopilar datos más completos sobre el plástico atmosférico.