Texto de Carolina Gil Posse – Ilustrado por Viviana Bilotti
Cuando era chica, podía estar horas poniendo las fichas en fila, una detrás de la otra. Después, alcanzaba con apenas empujar la primera. Sin embargo, pasaron años hasta que pudo entender qué es el efecto dominó.
«Tu nombre es Ana», me dijo. Y todo comenzó.