El columnista de Bloomberg Ben Schott explica por qué las marcas populares están simplificando o «desmarcando» sus logotipos distintivos que han llegado a simbolizar la identidad de una empresa.
En los últimos años, algunas de las mayores empresas del mundo han descartado la profundidad y el detalle para «desmarcarse». Pero, ¿qué es lo que ha provocado esta avalancha de desmarques y la búsqueda de lo simple?
Schott explica que estos cambios se producen por la necesidad de diseños que funcionen bien en los dispositivos móviles, reduciendo el «exceso visual».
Cualquiera que haya filtrado en exceso una puesta de sol en Instagram conoce el atractivo del exceso visual, y es una seducción a la que los profesionales no son inmunes. La capacidad de redondear las esquinas, dejar caer las sombras, personalizar los degradados y crear complejos efectos de iluminación puede superar fácilmente el briefing creativo, y a menudo lo hace.
Schott también cita la madurez de la marca, señalando que las primeras startups crean logotipos más complicados y que llaman la atención, pero que se van reduciendo a medida que la empresa se hace más estable financieramente.
Otra cuestión es la madurez. Muchas de las marcas más importantes nacieron con un espíritu de inocencia lúdica que surgió en sus inicios, y a medida que estas empresas crecían, sus logotipos se veían obligados a madurar, pasando de lo caricaturesco a lo corporativo, de lo extravagante a lo plano, de lo chiflado a lo aburrido, lo que ilustra el poder de la desmarcación para profesionalizar.
Otras razones para desmarcarse son la moda y la actualización de lo que ofrece la empresa.
Los gráficos de las empresas son tan susceptibles a las tendencias como cualquier otro diseño, como vemos en la estampida de los logotipos de vestidos negros de la moda, pero el elemento más intrigante del logotipo desmarcado es su potencial para convertirse en un portal.
No te pierdas el video de Ben Schott explicando este fenómeno:
