Apenas unas horas antes de asumir, el nuevo Arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, renunció a su cargo tras reconocer su relación con los servicios secretos polacos durante la era comunista, aunque negó haber delatado a otros sacerdotes.
Wielgus, de 67 años de edad, fue designado por el Vaticano hace apenas un mes y debía asumir su cargo este domingo. Sin embargo, esta semana se descubrió que durante el régimen comunista en Polonia, Wielgus colaboró activamente con la policía secreta, que realizó una sangrienta persecución de opositores, especialmente dentro de la Iglesia.
Tras una semana de intensas polémicas y repetidas denuncias, a pocas horas de asumir el Arzobispado, Wielgus presentó su renuncia mediante un comunicado en el que admite haber colaborado con la policía secreta, pero niega haber delatado a otros sacerdotes o haber brindado información que facilitara las persecuciones.
Se sospecha que el Vaticano, que aceptó inmediatamente la renuncia, habría presionado a Wielgus para que diera un paso al costado y evitara un disgusto mayor al Papa Benedicto XVI, quien puso su firma para el nombramiento. Voceros de la Iglesia acusaron a miembros de la represión comunista polaca de llevar a cabo “una ola de ataques contra la Iglesia Católica”. “Es una venganza de parte de los antiguos perseguidores, vencidos por la Fe y la voluntad de libertad del pueblo polaco”, aseguró Federico Lombardi, portavoz de la santa Sede.
El estado polaco está llevando adelante desde hace varios años una depuración de sus instituciones, intentando detectar quiénes colaboraron con los servicios secretos, quiénes delataron a sus pares o entregaron información, y quiénes formaron parte de esa fuerza.
Mientras tanto, la Iglesia le ha pedido al anterior Arzobispo que retenga su cargo hasta que se designe un nuevo reemplazante.
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elmundo.es/elmundo/2007/01/07/internacional/1168162551.html
