Los Angeles, septiembre 2013
Ahora hablás español. Cuando nos conocimos hace años, no.
Lo tuve que aprender para trabajar porque hice Che (2008), la de Soderbergh.
Qué buena película, me encantó. Y es un tema difícil para Argentina.
Sí, lo sé. Pero yo creo que optó por hacer una película muy simple. Y Benicio Del Toro es un actor increíble. Después trabajé con Pablo Trapero, que me cayó super bien.
¿Filmaste en Argentina?
Sí, en Buenos Aires.
¿Te gustó? ¿Habías ido antes?
Sí, claro. Pero no por trabajo, sino por vacaciones.
¿Entrenaste con Apollo Robbins para Focus?
¿Quién es?
El consultor técnico de Pickpocket. Apollo, que es uno de mejores los carteristas del mundo, estaba como consultor en Focus.
Ah, no. Mi personaje no tiene nada que ver con eso, sino que tiene mucho dinero y es dueño de autos de carreras. Pero es un personaje super interesante.
Hablando de 300, a mí me gustó esta película. Es muy divertida. Es una complemento, no es una secuela ni precuela.
Eso me interesó mucho porque me pareció una forma inteligente que además acrecentó algo. Esto posibilita al espectador visualizar algo mejor las batallas y el imperio persa y griego. El hecho que tenga una conexión con el primer film, con personajes como Gorgo o Xerxes, establece una conexión emocional, como que tiene memoria del primer film. Pero no lo sobrecarga, me gusta el equilibrio, ahora se habla de la ideología, o sea que los atenienses tenían una cabeza diferente de los espartanos que eran guerreros: ellos eran poetas. A mí me gustó mucho, estoy contento.
Me hubiera gustado verlo pelear.
Sí, a mí también, pero es un rey y es difícil que lo haga. Porque imaginá que si matan al rey cae la estrategia, especialmente a este tipo que es un Dios-Rey, un ser especial. Yo vi a los otros actores peleando y es super divertido. Me encantaría, porque yo soy muy físico, muy activo. Espero tener la oportunidad en otra película porque me encantaría, he crecido con caballos, me encanta.
Qué lástima, porque en la vida real él fue traicionado por su mano derecha.
Pero no hay referencias de Xerxes en la batalla, sino planeando toda la estrategia.
¿Cambió la forma de filmar el “estilo 300” después de seis años?
No entiendo muy bien el proceso técnico o cómo lo hacen, pero la tecnología evolucionó. Si ves la película, algo que me impresionó es que la sangre tiene diferentes texturas. En la primera eran como colores. Es diferente. Pero para nosotros el proceso fue el mismo.
¿Qué fue diferente? ¿El director? ¿El 3D?
Recuerdo que los técnicos trabajaban con equipos diferentes, con instrumentos diferentes esta vez. La primera vez teníamos como una bola de metal. ¿Sabés lo que es?
Es una referencia de cómo se refleja la luz para después agregar digitalmente lo que sea en posproducción.
Como actor era: «¡Acción!» y «¡Gracias bola de metal!». En esta hubo una bola de metal diferente.
¿Cómo es la diferencia de Noan Murro con Zack Snyder como director?
Noam viene de un perfil musical. Son diferentes pero están haciendo esta película de compañía y no una secuela. Es una historia fresca, nueva, que ocurre casi al mismo tiempo. Zack produce y la escribió, así que está encima. Me interesa saber qué opinás vos. ¿Esta contada de manera distinta?
Es más oscura.
Sí, un poco más oscura. Yo sólo puedo contarte cosas en las que yo participé,. Y aún asi creo que está muy buena, me gustó trabajar.
¿Harías una tercera?
Wow, wow, wow. Seré honesto: es mucho trabajo para interpretar al personaje. Pero me gusta, así que eso podría ser razón suficiente. Es lo que es.
¿Pero firmaste por una?
Sí, firmé por una. Nadie me habló de otra más. Sí, ¿pero por qué no? Me gusta el personaje. Se trata de lo que será para él. ¿Y si no lo interpreto a él? ¿A alguien más? ¿Al jorobado? Me encanta el actor. Es inspirador trabajar con él. Amo la película. 300 fue muy importante para mí.
Habiendo leído a Herodoto, ¿qué te gustó del período?
Es diferente a esta versión de Xerxes. Hay un horizonte poético en la mitología. Era un líder fuerte y un gran estratega, eso me quedó de Herodoto. Él no era un guerrero que se metiera en la batalla. Él es el elegido: Xerxes fue elegido, según Herodoto. Hay una razón que no está explicada, pero todo lo que hace Xerxes es de alguien muy inteligente, un buen estratega. Creo que es un personaje sorprendente.
Después de seis años, ¿el proceso de maquillaje es el mismo?
Hay cambios menores, detalles, joyería. Pero es básicamente el mismo personaje. Se tardó siempre cinco horas para el maquillaje.
¿Por qué cinco horas?
Tenía colores sobre todo mi cuerpo.
¿Estabas pintado?
Bueno, no. Es más bien la parte de arriba del cuello. Tenía detalles de maquillaje que llevan tiempo. Tenía piercings, prótesis por todos lados que a veces no encajan bien y hay que volver a ponerlas. Y estamos hablando de hacer esto a las 5 de la madrugada así que todos se están despertando todavía. Sí, son unas cinco horas.
¿Tarda mucho en sacártelo?
Sí, una hora y media más o menos. Ese es el precio por la torta. Y más. Pero es básicamente mucho trabajo. Me tenía que afeitar. Mucho creen que usaba una gorra para que se parezca una cabeza calva pero no. Entre el maquillaje y el vestuario, no me podía mover. Los piercings estaban unidos por prótesis y pegamento muy delicado. Además estoy actuando para parecer tan grande, no hay nadie más cerca de mí recitando líneas.
¿Solo en el set?
Sí. Es como cuando estás en el escenario en el teatro y el actor tiene que hacer creer a la audiencia que hay cosas al lado. Así que se trata de la proyección, mucha concentración: tenés que crear un mundo que no está ahí. Y hablamos de un mundo épico, así que no es fácil: con millones de soldados y elefantes enormes. Básicamente mucha concentración e imaginación. Hacés elecciones específicas, al menos así funcionó para mí para poder imaginar algo de lo que tendrás que convencer al público de que eso sucede. Después, ver los resultados es impactante porque eso no está ahí.
Tenés la mayoría de las escenas con Eva Green. ¿No estaba al lado tuyo?
Ensayamos juntos pero no estaba ahí al momento de filmar. Tengo que imaginar cómo el otro reaccionaría y reaccionar en base a esa imaginación así que es un doble truco de imaginación. Hubo una toma que sí filmamos juntos pero no sé si fue por el master. No entiendo la técnica pero en una de las tomas ella estaba ahí para que se vea que se cae. En la primera película trataba de entender cómo funcionaba y no tenía idea. Estaba vez sabía un poco más pero seguía siendo un desafío.
Es la primera vez que vemos a Xerxes humanizado. Como actor: ¿te gusta más interpretar al humano Xerxes o al Dios-rey?
Me gusta pensar que esta vez es ambos. Conocer un poco por qué se vuelve el Dios-rey. Tenía que explorar un poco más su lado psicológico. En la primera ya estaba ahí. En esta tenés a esta hermanastra o como quieras llamarla con la que tiene una relación dudosa, de amor y odio, y una figura paternal que es muy importante. Un gran rey que tiene un gran imperio y está muriendo. Xerxes tiene que la responsabilidad de ser ese hombre. Artemisa representa al guerrero, al valiente, así que Xerxes se siente raro sobre todo. Es interesante notar la aparente manipulación de Artemisa que resulta ser a favor de los intereses de Xerxes. En la escena de transformación, ¿Cómo hago que el hombre se convierta en Dios-rey? Y hago un paréntesis para clarificar que esto es trabajo de la novela gráfica, no de la historia. Porque leí a Herodoto y lo entendí pero esto está inspirado en el trabajo de Frank Miller.
¿Creés que es tan diferente la novela gráfica de la historia?
Bueno, son detalles. Esto es más surrealista. Frank toma lo que pasó y los personajes y da su visión. Xerxes no es humano, es un Dios-rey y eso es un arquetipo. La escena de la transformación requiere coraje y entrega de su parte, porque cuando pensás que se va a morir, resucita. Hay algo de mito en que se meta en esa pileta dispuesto a morir, sólo para convertirse en algo que no esperaba. Para mí de esos se trata ser el Dios-Rey: conquistar, pelear contra los griegos y cumplir los deseos del padre. Hay un humano ahí que recuerda al padre asesinado frente a sus ojos. Se vuelve menos un villano como a la gente le gusta llamarlo. No interpreto a buenos o malos, sino a seres humanos.
¿Sentís empatía?
No lo llamaría empatía. No los juzgo. Como actor no podés juzgar lo que hace tu personaje. Tenés que tomar distancia y tratar de comprender qué es lo que estás haciendo. Si empezás a juzgarlo vas a lograr un estereotipo.
¿Recordás cómo fue la primera vez que te viste en el espejo como Xerxes?
Sí, esa fue la primera vez que lo hacía en mi vida. Fue grandioso. Estaba en Montreal, hacía frío. Sentía mucho frío en las orejas. De cierto modo, recuerdo cuando me afeité y llegué a casa y estaba todo afeitado. Porque si mirás bien la novela gráfica dice que Xerxes tienela voz del trueno y no tiene un solo pelo. Me sentí raro porque el aire se siente en tu cuerpo y da una sensación de aerodinamia. Es algo que no sé qué es que me hizo sentir diferente.
¿Más liviano?
No exactamente, pero más bien resbaladizo. Reptil es la palabra que viene a mi cabeza. Es una sensación. Hay una razón por la cual los atletas se afeitan.
Como los nadadores.
Sí. Así que hay algo que me hizo interesar. Definitivamente influenció en mi perspectiva del personaje.
¿Qué opinás de las escenas de sexo?
¿En la película? Creo que están geniales. No las había visto cuando las filmaron. Las leí y vi que hicieron mucho más de lo que decía el guión. ¡Wow! ¡Vamos Artemisa! Es una mujer fuerte.
Es una pelea.
Sí, es una pelea sexy. Muy interesante. Cuando pensás que va a terminar, sigue. Fue interesante. Muchas cosas de la película me encontraron con la guardia baja. Para mí es distinto ver la película terminada. Me encantó el color de la película. Cada vez que volvés a la primera, se siente que existe una razón para venir a esta. Cuando mueren los 300 y Xerxes va hacia ellos con la cara cortada por la lanza, recuerdo haber visto esa escena en la primera y ahora seis años después está conectado inmediatamente después. ¿Cómo hago al mismo personaje seis años después? Eso fue interesante, jugar con eso, mantenerme en el personaje pero hacerlo fresco para mí mismo.
¿Qué hiciste?
Bueno, él era todo interno: en eso me enfoqué esta vez. Se trata de los pequeños detalles. Y en el mundo existe Artemisa, el padre acaba de morir. Así que conecté con eso.
¿Cómo encontraste la relación entre el guión y el aspecto visual? Porque el guión es sólo palabras. Al fin y al cabo tenés que hacer un salto de fe en cuanto a cómo lucirá respecto de la anterior.
Cuando lo leés es exactamente como lo decís. Para la primera tenía la sensación, pero para la segunda tengo idea de lo visual. Pero cuando lo hacés es como decís: un salto de fe. Quiero decir, concentrarte en lo que hacés, especialmente en mi personaje que es tan alto. Para lograr ese efecto especial, aprendí de postproducción. Ellos lo solucionarán, pero todavía me sorprende. No hablo de la acción, sino de cómo te sumergís en esos personajes en el set.
¿Creés que a los fanáticos les gustará que esta película sea más violenta, más todo?
No creo que sea más de todo. Creo que lo interesante es que no es una secuela. Es una puesta diferente. No es excitante solamente porque vos tenés una conexión: es una conexión emocional con la primera. Te retrae a ella pero te ayuda a entender el tamaño de las batallas. Eso es lo que hacemos: servimos al mundo para mostrarle que era una servilleta. Hay cientos de naves luchando por el emperador. Empezás a entender todo.
Tenés una carrera muy ecléctica. Estuviste en El Último Desafío (The Last Stand, 2013) y también elegiste Leonera (2008) de Pablo Trapero
Yo soy así, es un reflejo de mi personalidad. A mí me interesa lo nuevo: lo que no conozco. Siempre estoy reciclando, porque no solamente me interesan los géneros, sino personajes distintos que tenga que explotar, investigar, entenderlo, no prejuzgarlo. Y esa es la parte del trabajo que más me gusta. Tener una mirada más pura, desde adentro, no de afuera. Es muy interesante y a mí me encanta eso, porque te enseña cosas distintas. Hace un reciclaje, un barajar y dar de nuevo.
¿Cómo fue trabajar con Schwarzenegger?
Increíble porque yo crecí viendo al tipo. Para mí era alguien que era parte de mi adolescencia. Era Terminator y Conan. Pero el tipo me cayó muy bien. Creo que estaba muy contento porque estaba volviendo a rodar películas, porque hace mucho tiempo no lo hacía. Y pasaba el tiempo con los agentes, estaba por ahí. En un momento lo miré con su arma y fue como wow: ¡este es Terminator! Fue increíble. Una experiencia distinta. Este tipo tiene un lugar medio icónico. Me cayó super bien. Y la película estuvo bien porque el director es fantástico.
Sí, a mí me hubiera gustado que le fuera mejor.
¿Vos viste las otras películas del director, las de Corea?
Sí.
El director es fantástico y no hablaba inglés con nosotros, pero al final ya estaba haciendo signos, yo hablaba en coreano… Pero el tipo trabaja con los actores, es director de actores porque estaba interesado desde el principio cuando me vio trabajando. Me preguntaba que estaba pensando y yo le dije que en la secuencia de la prisión podríamos hacer tal o cual cosa y él compró todo. Amé a ese tipo. Porque todo lo que quería poner en el personaje él lo compraba. Fue una gran experiencia.
¿Por qué creés que los fanáticos odiaron tanto a Paulo y Nikki de Lost?
(Play para escuchar la respuesta de Rodrigo mientras leen)
[audio www.periodismo.com/wp-content/subid/rodri.mp3%5D
Yo no creo que odiaran a Paulo y Nilkki. Yo creo que odiaron el hecho que los personajes entraron en la serie sin explicación. Ese fue el problema. No tiene que ver con el personaje, que no tiene nada de malo, sino que el problema –creo- al principio de la tercera temporada lo que pasó fue que el estudio tuvo un pedido: explicar Los Otros. Porque los espectadores preguntaban: ¿Quién eran Los Otros? Entonces la prioridad al principio de la temporada fue explicarlos. Yo tenía un contrato de seis meses porque tenía que hacer 300 y una película que hacer en Brasil, así que fue un arco para mí. Al final de los tres meses explicaron Los Otros y dijeron «ahora vamos a hablar de Paulo y Nikki». Los presentaron muy rápido sin explicar nada. Y la gente: «¿Quién sos? ¿Quién sos?». Tardaron mucho en explicarlo. Cuando lo hicieron yo tenía que irme porque el contrato tenía que terminar. Me preguntaron si quería quedarme pero si bien me hubiese encantado tenía otro compromiso. Al final lo explicaron en uno o dos episodios y lo mataron. Yo creo que la idea inicialmente era venir de una idea nueva al introducir dos personajes y desarrollar la historia. Pero todo en Lost era creado poco a poco. El proceso era así, para los escritores, para los actores. Nosotros recibíamos el guión la noche anterior, literalmente.
¿Y a vos que te gusta explorar cómo hacías?
No podía, la primera vuelta yo estaba absolutamente loco. Totalmente Lost. Él me decía que estuviera tranquilo, que era la experiencia Lost. Me dejó más tranquilo y no me volví loco.
¿Viste la serie completa?
No. Vi un par de episodios y no vi el final. Voy a verlo pero quiero verlo con la última temporada completa, porque merece, está muy bien hecha toda la serie.
¿Cómo aguantaste sin verla?
Yo soy así. Las cosas especiales me gusta guardarlas para su momento. Cuando salió había mucha controversia y la gente empezó a hablar mucho. Es como cuando vas al cine y la gente te dice que no le gustó que tal personaje haya muerto: eso no me dice nada. Lo voy a ver cuando tenga tiempo.
¿Volverás a la televisión?
No sé, veo que ahora hay muchas cosas increíbles. Me encantaría algo más corto, por la dinámica que tiene mi vida. Esto para mí es un poco complicado porque son procesos de un año o dos años. Aquí y en Brasil también, donde el mercado está creciendo. Creo que hay muchos escritores que están trabajando para televisión y hay cosas increíbles. Me gustaría trabajar en Argentina. Una cosa que me impresionó mucho fue el equipo técnico. Porque una de las cosas que yo hice fue Secretos de Pasión (There Be Dragons, 2011).
Conozco gente que trabajó ahí.
A mí me impresionó mucho, especialmente el diseñador de sets que era argentino y estaba a la altura de Hollywood. El director, Roland Joffé, estaba impresionado porque era todo muy profesional. Funcionó muy bien.