A medida que los humanos envejecen, sus ojos pierden gradualmente la capacidad de acomodarse, o reenfocarse a distancias cercanas, debido a la rigidez de la lente cristalina. Esta condición, conocida como presbicia, afecta a casi el 20% de las personas en todo el mundo.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, dirigido por el ingeniero eléctrico Gordon Wetzstein, desarrolló un par de gafas autofocales, para imitar externamente la respuesta natural del alejamiento, combinando un rastreador ocular y un sensor de profundidad para controlar automáticamente los lentes ajustables con enfoque.
Las gafas prototipo contienen lentes rellenas de líquido que se abultan y adelgazan a medida que cambia el campo visual. El dispositivo utiliza sensores de seguimiento ocular para triangular donde la persona está mirando. El software utiliza los datos de seguimiento ocular para mantener las lentes en foco constante y perfecto.
Las pruebas del prototipo en personas con presbicia determinaron que los lentes de enfoque automático se desempeñaron mejor y más rápido que otros tipos de lentes. El prototipo es voluminoso y pesado, y se parece un poco a una película de ciencia ficción de bajo presupuesto, pero el próximo paso será reducir su tamaño y volverlos más elegantes.
El laboratorio de Wetzstein no desarrolló las lentes de enfoque automático ni los rastreadores oculares. El equipo los descubrió mientras trabajaba en sistemas de visión para realidad virtual y aumentada. Sin embargo, tuvieron la idea de juntarlos y desarrollar el software para permitir que las gafas se enfocaran automáticamente.
