Estudiantes desarrollan guantes reciclables de un solo uso

Cada año, los equipos de protección individual (PPE) de un solo uso aportan alrededor de 2,6 millones de toneladas métricas de desechos no biodegradables a los vertederos solo en los EE. UU., y los guantes de un solo uso representan el 44 por ciento de los desechos.

La pandemia de COVID-19 solo ha empeorado las cosas, pero un grupo de estudiantes de la Universidad de Stanford y el Instituto de Tecnología Blenkinge de Suecia han encontrado una posible solución: guantes reciclables de un solo uso.

El proyecto, llamado Reglove, consiste en un guante hecho de alcohol polivinílico (PVA), un polímero soluble en agua, que se puede disolver, esterilizar y luego volver a moldear fácilmente en un nuevo par de guantes. Esto se logra usando una sola máquina que tritura los guantes, enjuaga el material, disuelve el PVA y luego filtra, esteriliza y vuelve a moldear el PVA líquido para crear un par «nuevo».

El sistema ideado por el equipo permitirá la refabricación de guantes contaminados, lo que permitirá a los hospitales y laboratorios reciclar los viejos in situ. El resultado no solo es una solución sostenible al problema de la eliminación de PPE, sino que también podría liberar a las instalaciones médicas de la dependencia de instalaciones externas de fabricación de equipos de protección individual.

El proyecto ganó un premio International en los premios Dyson de este año, y el equipo espera que este tipo de sistema de reciclaje interno pueda eventualmente colocarse en “todas las industrias que dependen en gran medida del PPE”. Según sus creadores, “La refabricación de guantes es simplemente el primer paso en el camino para poder reciclar todo el equipo de protección desechable. Esperamos continuar con esta solución y compartirla con el mundo”.

El sistema Reglove se encuentra actualmente en la etapa de prueba, pero hay planes para desarrollar aún más la tecnología para permitir la remanufactura de guantes a mayor escala y eficiencia. Si tiene éxito, el sistema también podría resultar en ahorros significativos en otras áreas, como la reducción de la necesidad de envío y transporte de desechos, así como la cantidad de PVA que se fabrica.